Es de todos bien sabido que los céspedes expuestos a la sombra o bajos niveles de luz en el césped, hace que tiendan a un crecimiento más vertical en busca de esta, que da como resultado hojas más finas y más largas, el enraizamiento a su vez es más corto y con menos masa de raíz total.
En general, el césped está sujeto a una disminución en la densidad y calidad. Si a esto le añadimos que los meses de invierno son más nublados y lluviosos de lo normal, el estrés puede ser muy perjudicial.
La luz en el césped es pues un factor fundamental.
También sabemos que los requisitos de luz en los céspedes de estación fría (Ray-Grass, Festucas, Poas, Agrostis, etc) son menores que para los de estación caliente (Cynodon, Paspalum, Zoysia, etc). Dentro de los céspedes de estación fría las especies que mejor se comportan con bajos niveles de luz son las festucas finas, la festuca arundinacea y el Ray Grass.
Aun así la luz después del solsticio de otoño es insuficiente para el normal crecimiento en los céspedes.
Si tenemos en cuenta que en los estadios deportivos, ademas de todo lo que hemos hablado hasta ahora, tenemos la sombra añadida que las gradas ejercen sobre el césped, y que en los céspedes deportivos de estación fría predomina como especie la Poa pratense, que como hemos visto no es de las mas resistentes a la sombra, tenemos un problema mas grande.
En los cultivos de invernaderos, producción de floricultura, rosas, etc.. desde hace tiempo se venia usando la luz hortícola, que es aquella que tiene un espectro de ondas similar al sol.
De otra parte si tenemos en cuenta que aparte de reducir la cantidad de luz disponible, también se reduce la luz útil, ya que el espectro de luz que las plantas verdes absorben (y usan para la producción de carbohidratos) principalmente son naranja, rojo y luz azul, mientras que reflejan principalmente verde y amarillo (no muy eficaces en la fotosíntesis)
Precisamente es el espectro de luz naranja, roja y azul son las que más se filtra a través de la sombra y sobre todo de la que producen las copas de los árboles.
Así que un holandés, Nico van Vuuren a principios del segundo milenio (2003) se le ocurrió aplicarla a los céspedes de los estadios deportivos, fundado SGL, empresa líder en iluminación hortícola para céspedes, a partir de ahí son cientos de estadios los que adoptan esta técnica.
La tecnología ha recorrido un largo camino desde los prototipos y primeros modelos. Ahora, es posible tener plataformas de varios tamaños, tener diferentes potencias de iluminación, además de software y hardware para el control, en fin toda una parafernalia de aparatos que facilitan su uso.
En la actualidad, hay dos empresas de comercialización de equipos de iluminación, SGL, holandesa y MLR (Mobile Lighting Rigs, desarrollado por la empresa noruega Mobilt Drivhus AS). Ambos ofrecen equipos de tamaño similar y configuración de iluminación, y ambos utilizan bombillas de sodio que requieren electricidad trifasica para alimentarlos.
En consecuencia, estos sistemas no son baratos ni para comprarlos ni para su funcionamiento. Por tanto solo están disponibles en estadios de clubes importantes, pero como todas las tecnologías con el tiempo se harán mas populares, ya hay prototipos con tecnología LED, la empresa SONY esta desarrollando estos equipos.
Si echásemos la mirada atrás, recordaríamos que los estadios de fútbol hace años no eran la alfombra perfecta que lucen ahora, las especies de césped que se cultivaban eran parecidas, si han cambiado las variedades, también la utilización de césped precultivado (TEPES), pero lo que realmente ha cambiado han sido las condiciones de cultivo, con tecnologías como el calentamiento del suelo, cubiertas anti heladas y la iluminación hortícola.