Llega el verano y los hongos patógenos atacan a nuestro césped aprende a reconocerlos y combatirlos de forma practica y sencilla.
En los climas peninsulares, el verano es la época en que los hongos en el césped patógenos, atacan a los céspedes con mayor virulencia. Se presentan generalmente como rodales de césped que primero amarillean, posteriormente se marchitan y finalmente mueren. Los rodales se extienden y pueden llegar a destruir una gran superficie de pradera.
Su presencia está unida a las altas temperaturas estivales y a la alta humedad ambiental provocada por el riego por aspersión.
No es fácil reconocerlos. Los síntomas son similares a los producidos por un riego inadecuado, una siega traumática o incluso las deposiciones de las mascotas.
Les ayudamos a identificarlos y a combatirlos.
Hongos en el césped
La mejor forma de lucha contra las enfermedades provocadas por hongos en verano, es llevar a cabo en esta época del año unas tareas de mantenimiento, orientadas a evitar su aparición y a controlar su extensión.
- Manejar el riego de manera que el follaje permanezca mojado el menor tiempo posible. Aplicar riegos más copiosos y menos frecuentes.
- Elevar ligeramente la altura de siega hasta los 3,5 – 4 cm y recoger siempre los restos.
- Evitar la aplicación de un exceso de abonado nitrogenado. Emplear abonos organominerales de liberación lenta tipo FERTICÉSPED.
- Identificar los rodales infectados de forma precoz, realizando tratamientos con las materias activas propuestas más adelante. Si es posible, realizar tratamientos preventivos cada 20 días entre final de mayo y principio de septiembre.
- Eliminar el fieltro o thatch mediante un escarificado anual.
- Evitar la compactación excesiva del terreno realizando un pinchado cada año.
PRINCIPALES HONGOS EN EL CÉSPED PÁTOGENOS DE APARICIÓN ESTIVAL
PYTHIUM (P. aphanidermatum)
El Pythium es una enfermedad capaz de producir grandes daños en el césped en muy poco tiempo.
Se manifiesta en principio como pequeños rodales que aumentan rápidamente de tamaño hasta un máximo de unos 30 cm. Se unen unos a otros destruyendo una gran superficie.
Las hojas dentro de los rodales, toman un color primero anaranjado y posteriormente grisáceo, con aspecto grasiento. Con el rocío de la mañana o con el follaje húmedo después del riego es fácil ver un micelio blanquecino o grisáceo o en las zonas infectadas.
Tratamientos fitosanitarios:
FOSETIL-AL cada 20 días en verano
Fusarium
(Hongos en el césped)
El Fusarium es una de las enfermedades estivales más letales. Se manifiesta como rodales circulares de hasta unos 30 cm. de diámetro, en un cuyo centro suele permanecer un penacho de plantas verdes sanas. Por eso los anglosajones la denominan “la enfermedad del ojo de la rana”
Tratamientos fitosanitarios:
IPRODIONA + PROPAMOCARB cada 20 días durante el verano
AZOXINTROBIN
HELMINTHOSPORIUM
(Dreslera, Bipolaris) (Leaf spot o Melting out)
(Hongos en el césped)
Es una enfermedad foliar que según progresa, ataca también a la corona e incluso llegando incluso a afectar a la raíz.
La mejor forma de identificarla es observando las plantas individuales, en cuyas hojas aparecen manchas ovaladas con el aspecto de una quemadura. Estas manchas se extienden a lo largo de la hoja.
Tratamientos fitosanitarios:
IPRODIONA
AZOXINTROBIN
SCLEROTINIA
(Sclerotinia homoeocarpa) Dollar spot
(Hongos en el césped)
Se manifiesta como manchas circulares pequeñas de color grisáceo, que comienzan con el diámetro de una moneda y llegan a alcanzar los 10-12 cm. Las manchas se unen entre sí pudiendo afectar a superficies importantes.
Las hojas van muriendo desde el ápice hasta la corona. Afecta sobre todo a los céspedes a base de Agrostis stolonifera, que son sometidos a siegas muy bajas.
Tratamientos fitosanitarios:
IPRODIONA
Al igual que en la especie humana, cada época del año reúne unas condiciones climáticas que la hace propicia para que el césped desarrolle unas determinadas enfermedades. Las que hemos estudiado son las que principalmente aparecen en la época de verano. Sin duda las más virulentas y las más letales.
Nos emplazamos al final del verano para seguir estudiando las enfermedades típicas del otoño y del invierno.